miércoles, 25 de septiembre de 2013

CIENCIA



INTRODUCCION
La ciencia ha estado presente desde tiempos remotos desde los tiempos de Aristóteles, Platón y otros pensadores que le dieron, cada uno, un significado que paulatinamente, con el paso de los años, fueron cambiando hasta el concepto que ahora tenemos.
Sin duda, la ciencia es de lo más elemental para la sociedad y la vida humana, pues es esta, en cada una de sus ramas se encarga de explicar los acontecimientos que suceden, a veces perceptibles, a veces no.
Toda esta explicación tiene base en distintos puntos de vista de los notables científicos, y todo lleva o bien deriva del Método Científico. Método que debe cumplir ciertas características para que la ciencia tenga validez.
 
DESARROLLO
Ciencia
La ciencia (del latín scientĭa 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos estructurados sistemáticamente. La ciencia es el conocimiento obtenido mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y sistemas organizados por medio de un método científico.[]
La ciencia considera distintos hechos, que deben ser objetivos y observables. Estos hechos observados se organizan por medio de diferentes métodos y técnicas, (modelos y teorías) con el fin de generar nuevos conocimientos. Para ello hay que establecer previamente unos criterios de verdad y asegurar la corrección permanente de las observaciones y resultados, estableciendo un método de investigación.
Con frecuencia esas predicciones pueden formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.
Unidad del saber científico: clasificación de las ciencias
La unidad del saber ha sido siempre uno de los ideales más tenazmente perseguidos por el pensamiento humano. Muchos filósofos han llegado a sostener que «conocer» significa «reducir a unidad»; consiguientemente, la forma más alta de conocimiento del mundo no podía consistir -según estos filósofos- más que en la inserción de todos los fenómenos en un solo sistema.
Ludovico Geymonat. op. cit, p. 27
La unidad de la ciencia constituye la fase de aplicaciones de la ciencia en cuanto éstas dependen de la combinación de premisas tomadas de diversas disciplinas científicas en series de indiferencia conexas entre ellas.”
Pero intentar enumerar todas las ciencias, y elaborar una clasificación unitaria siguiendo criterios fijos se convierte en una tarea difícil, si no imposible, dado el desarrollo de las ciencias no solo en número sino en métodos y criterios de constitución de cada una de las mismas.
Hasta el Renacimiento todo el saber que no fuera técnico o artístico se situaba en el ámbito de la filosofía. El conocimiento de la naturaleza era sobre la totalidad: una ciencia universal. Cuando Aristóteles utiliza los términos «episteme» y «philosophia» no es incorrecto hablar de clasificación de las «ciencias en Aristóteles»; pero con un significado y contenido muy diferente al de «ciencia» en la Modernidad.
Las primeras clasificaciones se remontan a Aristóteles, que considera tres categorías del saber:
  • Teoría, que busca la verdad de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber: Matemáticas, Física y Teología.
  • Praxis o saber práctico encaminado al logro de un saber para guiar la conducta hacia una acción propiamente humana en cuanto racional: lo formaban la Ética, la Política, la Económica y la Retórica.
  • Poiesis o saber creador, saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día se englobaría en la creación artística, artesanía y la producción de bienes materiales.
La clasificación aristotélica sirvió de fundamento para todas las clasificaciones que se hicieron en la Edad Media hasta el Renacimiento, cuando las grandes transformaciones promovidas por los grandes adelantos técnicos plantearon la necesidad de nuevas ciencias y sobre todo nuevos métodos de investigación que culminarán en la Ciencia Moderna del siglo XVII. Es entonces cuando aparece un concepto moderno de clasificación que supone la definitiva separación entre ciencia y filosofía.
En la Edad Moderna Tommaso Campanella, Comenio, Bacon, Hobbes y John Locke propusieron diferentes clasificaciones. El Systema Naturae (1735) de Linneo, estableció los criterios de clasificación que más influencia han tenido en el complejo sistema clasificatorio de las ciencias naturales. André-Marie Ampère confeccionó una tabla con quinientas doce ciencias.
«No hay sabios que gustosamente no colocaran la ciencia de la que se ocupan en el centro de todas las ciencias, casi en la misma forma que los hombres primitivos se colocaban en el centro del mundo, persuadidos de que el universo había sido creado por ellos. Las profesiones de muchos de estos sabios, examinándose filosóficamente, encontrarían, posiblemente, incluso, además del amor propio, causas de peso suficiente para su justificación»
Discours préliminaire de l'Encyclopedie, París 1929, pág. 61
A partir del siglo XIX y con el importante crecimiento experimentado por el conocimiento científico surgen numerosas disciplinas científicas con yuxtaposiciones de parcelas establecidas por ciencias anteriores:
  • De las teorías del calor y sus relaciones con la mecánica: Termodinámica.
  • De las relaciones de la electricidad y la química: Electroquímica.
  • De la relación de la termodinámica y la electroquímica, la íntima imbricación de la física y la química: Fisicoquímica.
  • De las relaciones de la química y la biología, surgirá la Bioquímica.
De esta forma las ciencias suelen llevar nombres compuestos de ciencias anteriores, a veces situadas en campos completamente dispares.
Antoine-Augustin Cournot en 1852 y por Pierre Naville en 1920.
Los nuevos lenguajes no jerárquicos de estructura asociativa, y manejados por la informática reflejan la situación actual de división de las ciencias y sus conexiones metodológicas y de contenidos, aun a pesar de la enorme especialización que se experimenta continuamente tanto en la investigación como en los centros de enseñanza.
La sistematización científica requiere el conocimiento de diversas conexiones, mediante leyes o principios teóricos, entre diferentes aspectos del mundo empírico que se caracterizan mediante conceptos científicos. Así los conceptos de la ciencia son nudos en una red de interrelaciones sistemáticas en la que las leyes y los principios teoréticos constituyen los hilos... Cuantos más hilos converjan o partan de un nudo conceptual, tanto más importante será su papel sistematizado o su alcance sistemático.
Carl Hempel, Philosophy of natural science, Prentice-Hall, 1966. Cit. por Javier Gimeno Perelló, op.cit.
Clasificaciones fundamentales
Dilthey considera inapropiado el modelo epistemológico de las «Naturwissenschaften», esto es el método científico que toma como modelo de ciencia la Física aplicada a las llamadas «ciencias naturales», cuando se aplica a otros saberes que atañen al hombre y a la sociedad. Propone por ello un modelo completamente diferente para las «Geisteswissenschaften», «ciencias humanas» o «ciencias del espíritu», filosofía, psicología, historia, filología, sociología, etc.
Esquema de clasificación planteado por el epistemólogo alemán Rudolf Carnap (1955):
Estudian las formas válidas de inferencia: lógica - matemática. No tienen contenido concreto; es un contenido formal, en contraposición al resto de las ciencias fácticas o empíricas.
Son aquellas disciplinas científicas que tienen por objeto el estudio de la naturaleza: astronomía, biología, física, geología, química, geografía física y otras.
Son aquellas disciplinas que se ocupan de los aspectos del ser humano —cultura y sociedad—. El método depende particularmente de cada disciplina: administración, antropología, ciencia política, demografía, economía, derecho, historia, psicología, sociología, geografía humana, trabajo social y otras.
Mario Bunge (1972) considera el criterio de clasificación de la ciencia en función del enfoque que se da al conocimiento científico: por un lado, el estudio de los procesos naturales o sociales (el estudio de los hechos) y, por el otro, el estudio de procesos puramente lógicos (el estudio de las formas generales del pensar humano racional); es decir, postuló la existencia de una ciencia factual (o ciencia fáctica) y una ciencia formal.
Las ciencias factuales se encargan de estudiar hechos auxiliándose de la observación y la experimentación. La física, la psicología y la sociología son ciencias factuales porque se refieren a hechos que se supone ocurren en la realidad y, por consiguiente, tienen que apelar al examen de la evidencia científica empírica.[]
La ciencia experimental se ocupa del estudio del mundo natural. Por mundo natural se ha de entender todo lo que pueda ser supuesto, detectado o medido a partir de la experiencia. En su trabajo de investigación, los científicos se ajustan a un cierto método, un método científico general y un método específico al campo concreto y a los medios de investigación.
La llamada «ciencia aplicada» consiste en la aplicación del conocimiento científico teórico (la llamada ciencia «básica» o «teórica») a las necesidades humanas y al desarrollo tecnológico. Es por eso que es muy común encontrar, como término, la expresión «ciencia y tecnología».
Las ciencias formales, en cambio, crean su propio objeto de estudio; su método de trabajo es puro juego de la lógica, en cuanto formas del pensar racional humano, en sus variantes: la lógica y las matemáticas. En la tabla que sigue se establecen algunos criterios para su distinción:[]
Caracterización de las ciencias según el esquema de Bunge
FORMALES
FÁCTICAS
OBJETO DE ESTUDIO
- Estudian entes formales, ideales o conceptuales
- Dichos entes son postulados hipotéticamente (construidos, propuestos, presupuestos o definidos) por los científicos que los estudian.
- Estudia el mundo de los hechos (Desde las galaxias a las partículas subatómicas; nubes, elefantes, alegrías y tristezas).
- Tales hechos se asumen que tienen existencia con independencia de los científicos y de las comunidades que los estudian, aunque puedan tener interacciones con ellos.
MODO DE VALIDACIÓN
- Parten de axiomas o postulados y a partir de ellos demuestran teoremas
- Los axiomas son relativos al contexto en el cual se opera.
- No requieren de cotejo empírico o experimentación.
- Sus conclusiones adquieren grado de
certeza
- Se trabaja a partir de las consecuencias observacionales que se derivan de las conjeturas o hipótesis propuestas.
- Juzgan sobre su adecuación al trozo de realidad que pretenden
describir o explicar.
- El resultado favorable es provisional sujeto a corrección y revisión.
OBJETIVO QUE PERSIGUE
- Buscan la coherencia interna.
- Busca la verdad lógica y
necesaria.
- Procura describir y explicar hechos y realidades ajenas a ellas mismas.
- Persiguen la verdad material o
contingente.
Construcción de la ciencia
La ciencia es un elemento fundamental en la construcción de la civilización humana tomada en su conjunto. Las teorías científicas, al fin y al cabo, responden a las necesidades de los hombres y su evolución responde a la evolución que el hombre ha seguido en su concepción del mundo y la valoración de los hechos de la vida.
A lo largo de los siglos la ciencia viene a constituirse por la acción e interacción de tres grupos de personas:
  • Los artesanos, constructores, los que abrían caminos, los navegantes, los comerciantes, etc. resolvían perfectamente las necesidades sociales según una acumulación de conocimientos cuya validez se mostraba en el conocimiento y aplicación de unas reglas técnicas precisas fruto de la generalización de la experiencia sobre un contenido concreto.
  • Los filósofos, llevados por los argumentos demostrativos mostraban unos razonamientos que extendían el dominio de las verdades demostrables y las separaba de la intuición.
./... La uniformidad del Ser sobrevivió en la idea de que las leyes básicas han de ser independientes del espacio, del tiempo y de las circunstancias.[]
Aristóteles valoró la experiencia y la elaboración de conceptos a partir de ella mediante observaciones; pero la construcción de la ciencia consiste en partir de los conceptos para llegar a los principios necesarios del ente en general.
Su ciencia por eso ha sido considerada «cualitativa» en cuanto a la descripción pero platónica en cuanto a su fundamentación de leyes necesarias. Para Aristóteles el valor de la experiencia se orienta hacia teorías basadas en explicaciones «cualitativas», y a la búsqueda de principios (causas) cada vez más generales a la búsqueda del principio supremo del que se «deducen» todos los demás. Es por eso que el argumento definitivo está basado en la deducción y el silogismo.
Esta ciencia ( o filosofía?), ciencia deductiva a partir de los principios, es eficaz como exposición teórica del conocimiento considerado válido, pero es poco apta para el descubrimiento.
  • Sobre la base de toda la tradición mantenida por los grupos anteriores, los científicos de la ciencia moderna: difieren de los filósofos por favorecer lo específico y experimental y difieren de los artesanos por su dimensión teórica.
Su formación como grupo y eficacia viene marcada a partir de la Baja Edad Media, por una fuerte reacción antiaristotélica y, en el Renacimiento, por un fuerte rechazo al argumento de autoridad y a la valoración de lo humano con independencia de lo religioso.
A partir del siglo XVII se constituye la ciencia tal como es considerada en la actualidad, con un objeto y método independizado de la filosofía.
En un punto fue necesaria la confrontación de dos sistemas (Descartes-Newton) contemporáneos en la concepción del mundo natural:
·         Descartes, Principia philosophiae (1644), a pesar de su indudable modernidad, mantiene la herencia de la filosofía anterior anclada en las formas divinas propone un método basado en la deducción a partir de unos principios, las ideas innatas, formas esenciales y divinas como «principios del pensar». El mundo es un «mecanismo» determinista regido por unas leyes determinadas que se pueden conocer como ciencia mediante un riguroso método de análisis a partir de intuiciones evidentes. Es la consagración definitiva de la nueva ciencia, el triunfo del antiaristotelismo medieval, la imagen heliocéntrica del mundo, la superación de la división del universo en mundo sublunar y supralunar en un único universo mecánico.
·         Newton, Principia Mathematica philosophiae naturalis, (1687). Manteniendo el espíritu anterior sin embargo realiza un paso más allá: el rechazo profundo a la hipótesis cartesiana de los vórtices. La ciencia mecanicista queda reducida a un cálculo matemático a partir de la mera experiencia de los hechos observados sobre un espacio-tiempo inmutable.
Método hipotético-deductivo
La genialidad de Galileo Galilei consistió en combinar la lógica de observación de los fenómenos con dos métodos desarrollados en otras ramas del conocimiento formal: la hipótesis y la medida. Supone el origen del Método experimental que él llamó "resolutivo-compositivo", y ha sido muchas veces considerado con el nombre de "hipotético-deductivo" como prototipo del método científico e independiente del método empírico-analítico.
Según Ludovico Geymonat la lógica empírica se caracteriza por tres métodos estructurados en un todo:
Inductivismo
El inductivismo considera el conocimiento científico como algo objetivo, medible y demostrable, a partir solamente de procesos de experimentación observables en la naturaleza a través de nuestros sentidos. Por lo tanto, los inductivistas están preocupados por la base empírica del conocimiento.[]
Esta filosofía de la ciencia comienza a gestarse durante la revolución científica del siglo XVII, y se consolida definitivamente como paradigma del método científico por la fundamental obra de Isaac Newton. Francis Bacon insistió en que para comprender la naturaleza se debía estudiar la naturaleza misma, y no los antiguos escritos de Aristóteles.
El inductivismo gozó de una enorme aceptación hasta buena parte del siglo XX, produciendo enormes avances científicos desde entonces. Sin embargo, con la crisis de la ciencia moderna surge el Problema de la inducción, que lleva al ocaso de este paradigma.
Crisis de la ciencia
A pesar del indudable progreso de la ciencia durante los siglos XVII, XVIII y XIX seguía en pie la cuestión del fundamento racional de la misma sobre dos justificaciones divergentes:
  • El racionalismo que fundamenta el método hipotético-deductivo: la ley científica se justifica en una deducción teórica a partir de una hipótesis o teorías científicas.
  • El empirismo que fundamenta el método inductivo: la ley científica se justifica en la mera observación de los hechos.
El problema es planteado de modo definitivo por Kant respecto a la distinción entre juicios analíticos y sintéticos; la posibilidad de su síntesis, como juicios sintéticos a priori, considerados como los juicios propios de la ciencia, permanecía en la sombra sin resolver.
El propio progreso de las ciencias muestra evidencias claras de que las regularidades de la naturaleza están llenas de excepciones. La creencia en leyes necesarias y la creencia en el determinismo de la Naturaleza, que inspiró tanto a los griegos como a la Ciencia Moderna hasta el siglo XX, así como el hecho de que la observación se justifica a partir de la experiencia, se ponen seriamente en cuestión.
En 1934 Karl Popper publica La lógica de la investigación científica, que pone en cuestión los fundamentos del inductivismo científico, proponiendo un nuevo criterio de demarcación de la ciencia así como una nueva idea de verificación por medio de la falsación de teorías y una aproximación asintótica de la verdad científica con la realidad.
En 1962 Kuhn propone un nuevo modo de concebir la construcción de la ciencia bajo el concepto de «cambio de paradigma científico», que hiciera posible el no tener que considerar necesariamente falsas todas las teorías obsoletas de la ciencia anterior.
En 1975 Feyerabend publica un polémico libro, CONTRA EL MÉTODO: Esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Tras analizar críticamente el proceso seguido por Galileo en su método resolutivo-compositivo, rompe el «paradigma» del método hipotético-deductivo considerado como el fundamento del método científico como tal.
Posmodernidad
La cuestión es que la ciencia con sus viejos enfoques sigue produciendo resultados que están a la vista pero suscitando nuevos problemas.
La cuestión entre realismo y empirismo ../.. sigue tan viva como siempre..../... [Los investigadores] estudian eventos particulares, realizan entrevistas, invaden los laboratorios, desafían a los científicos, examinan sus tecnologías, sus imágenes, sus concepciones, y exploran el gran antagonismo que a menudo existe entre disciplinas, escuelas y grupos de investigación concretos. Resumiendo sus resultados, podemos decir que el problema no es ahora el de cómo articular el monolito CIENCIA, sino el de qué hacer con la desparramada colección de esfuerzos que han ocupado su lugar.
¿Sigue siendo la ciencia el gran argumento de autoridad en el reconocimiento de la verdad? La conclusión postmoderna es que en los contextos concretos el criterio ha sido asumido por el de competencia como «saber adecuado a lo concreto» por parte de los expertos.
La ciencia sigue adelante con toda su fuerza cultural y social, y cada día más, al convertirse en un fenómeno que afecta globalmente a toda la Humanidad:
  • Por la mayor educación social generalizada en todas las sociedades del mundo.
  • Por la influencia de la tecnología que la hace aplicable a la realidad en poco tiempo.
  • Por los medios de comunicación, que facilitan la rápida divulgación y «vulgarización» de los conocimientos.
  • Porque se convierte así en un instrumento de poder, económico, político y cultural.
  • Etc.
El problema de su fundamentación y construcción deviene un problema filosófico en el llamado posmodernismo que ciertamente tiene una conciencia clara: La verdad no es necesaria ni universal, sino producto humano y por tanto cambiante y contingente.
El resultado es que es posible adquirir conocimiento y resolver problemas combinando elementos y trozos de «ciencia» con opiniones y procedimientos que «prima facie» son «no-científicos». En realidad lo que ha cambiado profundamente de la mano de la propia ciencia es el sentido de lo que es la verdad, el conocimiento y el saber y en qué consiste la evidencia y los métodos para lograrla.
Construcción del saber científico
¿Qué distingue al conocimiento de la superstición, la ideología o la pseudo-ciencia? La Iglesia Católica excomulgó a los copernicanos, el Partido Comunista persiguió a los mendelianos por entender que sus doctrinas eran pseudocientíficas. La demarcación entre ciencia y pseudociencia no es un mero problema de filosofía de salón; tiene una importancia social y política vital.
Imre Lakatos.La metodología de los programas de investigación científica. op. cit. p.9
Conocer y saber
La ciencia ante todo requiere el reconocimiento de ser un «saber» para ser considerada como tal. Es por ello interesante distinguir entre «conocimiento y saber».
Conocer, y su producto el conocimiento, va ligado a una evidencia que consiste en la creencia basada en la experiencia y la memoria y es algo común en la evolución de los seres naturales concebidos como sistemas, a partir de los animales superiores. Saber, por su parte requiere, además de lo anterior, una justificación fundamental; es decir un engarce en un sistema coherente de significado y de sentido, fundado en lo real y comprendido como realidad por la razón; más allá de un conocimiento en el momento presente o fijado en la memoria como único. Las cosas ajenas a la razón no pueden ser objeto de ciencia.
... ciencia es la opinión verdadera acompañada de razón. (δοξα άληθης μετα λογου)
Platón.Teeteto. Trad. Juan B. Bergua.Madrid. Ediciones Ibéricas. 1960. p. 122 y 223
Platón, en ese texto, reconoce que los elementos simples son por ello «irracionales», puesto que no se puede dar razón de ellos.
Fundamentalmente caracterizan la construcción del saber científico actual los rasgos siguientes:
  • Investigación de un cambio de problemática, teórica o práctica, en un área o ámbito científico determinado con un núcleo teórico consolidado.
  • De un equipo generalmente financiado por una Institución Pública, Fundación privada o Empresa particular
  • Dirigida por alguien de reconocido prestigio como experto en el ámbito de la investigación, sea individuo o equipo investigador
  • Siguiendo un método de investigación cuidadosamente establecido
  • Publicado en revistas especializadas
  • Incorporadas y asumidas las conclusiones en el quehacer de la comunidad científica del ámbito que se trate como elementos dinámicos de nuevas investigaciones que amplían la problemática inicial generando nuevas expectativas, predicciones, etc. o, dicho en términos propios, el resultado es un programa teóricamente progresivo.
El reconocimiento suele convertirse en derecho de patente durante 20 años cuando tiene una aplicación práctica o técnica.
Observación de los hechos
Si, persuadidos de estos principios, hacemos una revisión de las bibliotecas, ¡qué estragos no haremos! Si tomamos en las manos un volumen de teología, por ejemplo, o de metafísica escolástica, preguntemos: ¿contiene algún razonamiento abstracto sobre la cantidad o los números? No. ¿contiene algún raciocinio experimental sobre cuestiones de hecho o de existencia? No. Echadlo al fuego; pues no contiene más que sofistería y embustes.
David Hume. Investigación sobre el entendimiento humano. Tercera parte.
La cita de Hume ilustra el pensamiento en la Edad Moderna y fue importante en la constitución de la ciencia moderna. Sin embargo en la actualidad es un problema fundamental del estatus de la ciencia.
Newton afirmaba «no hago suposiciones» y estaba convencido de que su teoría estaba apoyada por los hechos. Pretendía deducir sus leyes a partir de los fenómenos observados por Kepler. Pero tuvo que introducir una teoría de las perturbaciones para poder sostener que los movimientos de los planetas eran elípticos, y en realidad no supo justificar la gravedad. Sin embargo, antes de Einstein la mayoría de los científicos pensaban que la física de Newton estaba fundamentada en la realidad de los hechos observados. Hoy es posible demostrar con facilidad que no se puede derivar válidamente una ley de la naturaleza a partir de un número finito de hechos.
Karl Popper propuso un criterio de falsabilidad que contradice la realidad de la construcción de la ciencia cuando las teorías no suelen derrumbarse por una sola observación o un experimento crucial que las contradiga.
Según Kuhn la ciencia avanza por medio de revoluciones cuando se produce un cambio de paradigma, que no depende de la observación de los hechos sino que constituye un cambio de referencia de un campo o área determinada de la investigación científica en una teoría más general que abarca un área mucho más amplia.
Lo que constituye como «científicas» a las teorías no es su «verdad demostrada» que no lo es, sino su capacidad de mostrar nuevas verdades que surgen al seguir ofreciendo nuevas vías de investigación, suscitando hipótesis nuevas y abriendo cauces nuevos en la visión general del campo que se trate. Es solo al final de un amplio proceso de construcción y reconstrucción de una teoría cuando puede surgir una nueva teoría o paradigma o programa de investigación más general que explica con una nueva óptica los mismos hechos explicados por la primera teoría anterior al considerarlos en un ámbito de visión del mundo más amplio. La vieja teoría dejará de tener entonces el reconocimiento como ciencia actual; porque ha dejado ya de ser referente como medio para la ampliación del conocimiento. Lo que nos les hace perder el valor científico que han mostrado durante bastante tiempo y el carácter histórico de su aportación a la construcción de la ciencia.
Ley científica
En la arquitectura de la ciencia el paso fundamental está constituido por la ley. Es la primera formulación científica como tal. En la ley se realiza el ideal de la descripción científica; se consolida el edificio entero del conocimiento científico: de la observación a la hipótesis teórica-formulación-observación-experimento (ley científica), teoría general, al sistema. El sistema de la ciencia es o tiende a ser, en su contenido más sólido, sistema de las leyes.
Diferentes dimensiones que se contienen en el concepto de ley:
  • La aprehensión meramente descriptiva
  • Análisis lógico-matemático
  • Intención ontológica
Desde un punto de vista descriptivo la ley se muestra simplemente como una relación fija, entre ciertos datos fenoménicos. En términos lógicos supone un tipo de proposición, como afirmación que vincula varios conceptos relativos a los fenómenos como verdad. En cuanto a la consideración ontológica la ley como proposición ha sido interpretada históricamente como representación de la esencia, propiedades o accidentes de una sustancia. Hoy día se entiende que esta situación ontológica se centra en la fijación de las constantes del acontecer natural, en la aprehensión de las regularidades percibidas como fenómeno e incorporadas en una forma de «ver y explicar el mundo».
El problema epistemológico consiste en la consideración de la ley como verdad y su formulación como lenguaje y en establecer su «conexión con lo real», donde hay que considerar dos aspectos:
  • El término de lo real hacia el cual intencionalmente se dirige o refiere la ley, es decir, la constancia de los fenómenos en su acontecer como objeto de conocimiento.
Generalmente, y de forma vulgar, se suele interpretar como «relación causa/efecto» o «descripción de un fenómeno». Se formula lógicamente como una proposición hipotética en la forma: Si se da a,b,c.. en las condiciones, h, i, j... se producirá s, y, z...
Teoría científica
La teoría científica representa el momento sistemático explicativo del saber propio de la ciencia natural; su culminación en sentido especulativo.
Los años 50 del siglo XX supusieron un cambio de paradigma en la consideración de las «teorías científicas».
Según Mario Bunge en aras de un inductivismo dominante, con anterioridad se observaba, se clasificaba y se especulaba.
Ahora en cambio:
  • Se realza el valor de las teorías con la ayuda de la formulación lógico-matemática.
  • Se agrega la construcción de sistemas hipotético-deductivos en el campo de las ciencias sociales
  • La matemática se utilizaba fundamentalmente al final para comprimir y analizar los datos de investigaciones empíricas, con demasiada frecuencia superficiales por falta de teorías, valiéndose casi exclusivamente de la estadística, cuyo aparato podía encubrir la pobreza conceptual.
En definitiva, concluye Bunge:
Empezamos a comprender que el fin de la investigación no es la acumulación de hechos sino su comprensión, y que ésta solo se obtiene arriesgando y desarrollando hipótesis precisas que tengan un contenido empírico más amplio que sus predecesoras.
Bunge, M. op. Cit. p. 9-11; Lakatos. op. cit. 123-133
Construcción de modelos
El comienzo de todo conocimiento de la realidad comienza mediante idealizaciones que consisten en abstraer y elaborar conceptos; lo cual no es ni más ni menos que construir un modelo acerca de la realidad.
El proceso natural sigue lo que tradicionalmente se ha considerado bajo el concepto de analogía. Pero en la ciencia el contenido conceptual solo se considerará preciso como modelo de lo real con sentido científico, cuando dicho modelo es interpretado como caso particular de un «modelo teórico», siempre y cuando podamos establecer los términos en que dicha analogía se concreta mediante observaciones o comprobaciones precisas y posibles.
El objeto modelo es cualquier representación esquemática de un objeto. Si el objeto representado es un objeto concreto entonces es una idealización del objeto, que puede ser pictórica (un dibujo p. ej.) o conceptual (una fórmula matemática); es decir, puede ser figurativa o simbólica.
El objeto modelo así considerado deviene, en determinadas circunstancias y condiciones, como modelo teórico.
Un modelo teórico es un sistema hipotético-deductivo concerniente a un objeto modelo que es, a su vez, representación conceptual esquemática de una cosa o de una situación real o supuesta real.
El modelo ha de insertarse en el marco de una teoría general, sea por ejemplo la mecánica cuántica o la mecánica clásica. En cualquiera de los dos casos se produce una teoría específica o ‘’modelo teórico’’ de un objeto concreto. Ciertamente el modelo teórico siempre quedará corto respecto a la compleja realidad que intenta representar. Pero en todo caso siempre será más rico que el mero objeto modelo que no es sino una lista de rasgos del objeto modelizado.
Teoría
Dos formas de considerar las teorías:
  • Teorías fenomenológicas. Tratan y se limitan a «describir» fenómenos, estableciendo las leyes que establecen sus relaciones mutuas a ser posible cuantificadas. Procuran evitar cualquier contaminación «metafísica» o «esencial» tales como las causas, los átomos o la voluntad, pues el fundamento consiste en la observación y toma de datos con la ayuda «únicamente» de las variables observables exclusivamente de modo directo. Tal es el ideal del empirismo: Francis Bacon, Newton, neopositivismo. La teoría es considerada como una caja negra.
  • Teorías representativas, por el contrario, pretenden establecer la «esencia» o fundamento último que justifica el fenómeno y las leyes que lo describen. Tal es el ideal del racionalismo y la teoría de la justificación: Descartes, Leibniz. En relación con lo anterior Bunge propone considerarla como «caja negra traslúcida».
Experimentación: ¿verificación de hechos o falsación de teorías?
Según el sentido de la teoría de la justificación la ciencia ha de consistir en proposiciones probadas.
El falsacionista ingenuo insiste en que si tenemos un conjunto inconsistente de enunciados científicos en primer lugar debemos seleccionar entre ellos: 1) Una teoría que se contrasta (que hará de nuez); 2) Un enunciado básico aceptado (que servirá de martillo) y el resto será conocimiento básico que no se pone en duda (y que hará las funciones de yunque). Y para aumentar el interés de esta situación hay que ofrecer un método para «endurecer» el «martillo» y el «yunque» de modo que podamos partir la nuez realizando un «experimento crucial negativo». Pero las conjeturas ingenuas referentes a esta visión resultan demasiado arbitrarias y no ofrecen el endurecimiento debido.
Imre Lakatos. op. cit. p.130
El experimento no es una «verificación» de la teoría que lo sustenta como mostró Popper mostrando al desnudo el problema de la inducción.
El inductivismo estricto fue considerado seriamente y criticado por muchos autores, desde Bellarmino, Whewell, y finalmente destruido por Duhem y Popper, aunque ciertos científicos y filósofos de la ciencia como Born, Achisnstein o Dorling aún creen en la posiblidad de deducir o inducir válidamente las teorías a partir de hechos (¿seleccionados?). Pero el declinar de la lógica cartesiana y en general, de la lógica psicologista, y la emergencia la lógica de Bolzano y Tarski decretó la muerte de la deducción a partir de los fenómenos.
Lakatos. op. cit. p. 219
Las teorías generales no son directamente contrastables con la experiencia. Solamente mediante casos particulares pueden «ser contrastadas empíricamente» con soluciones específicas mediante teorías específicas, como modelos teoréticos. Lo que viene a mostrar que a mayor lógica que detente una teoría, tendrá menos contrastabilidad empírica. Teniendo muy presente la dificultad de poder asegurar que el valor de los datos manejados y obtenidos sean los correctos. Por ello la filosofía de la ciencia adquiere un carácter de investigación en la actualidad muy importante.
Historia y progreso del conocimiento científico
Desde determinado punto de vista la descripción de la historia de la ciencia puede causar una visión compendiada de la historia en la que una teoría falsa es sustituida por una «verdadera», que será falsa cuando es sustituida por otra «verdadera». Tal es lo que ocurre si mantenemos una visión simplista de la ciencia como «conjunto de teorías cerradas» es decir que se sustentan por sí mismas en su contenido de verdad y se generan en una sucesión cuyo producto acabado es «una ciencia consolidada», producto de «Una Razón», si no absoluta, al menos humana, pero en tanto que verdadera, definitiva.
De hecho una visión así se produce cuando la tesis más frecuente y tenazmente repetida es que el método científico es una combinación de deducción e inducción, de matemática y experiencia.Tal idea se remonta a Galileo (o incluso más atrás, hasta los más grandes científicos de la Grecia clásica), calificada como inductivismo cuyo fundamento reside en considerar que los hechos justifican las teorías en el sentido de hacerlas verdaderas de forma definitiva y permanente.
Tal visión ha sido definitivamente superada por la crisis vivida durante el siglo XX al tener que considerar las teorías como «teorías abiertas».
Teorías cerradas:
  • Rigurosamente formalizadas, o formalizables en lenguaje lógico-matemático.
  • Se basan en un determinado sistema de axiomas y reglas lógicas.
  • No necesitan tener referencia alguna a presuntas verdades intuitivas ajenas a dicho sistema.
  • Dos teorías diversas entre sí no pueden tener equivalencias puesto que se basan en sistemas primitivos lógicos diferentes.
La crisis de la ciencia del siglo XX por el contrario muestra la necesidad de teorías abiertas. No se trata de la idea de «sucesión descriptiva» sino de «el fundamento del progreso científico» entendido como proceso histórico. La actual epistemología representa un punto de inflexión importante en la visión de la historia de la ciencia como:
Evaluación del progreso objetivo de la ciencia entendido como cambios progresivos y regresivos de problemáticas para un conjunto estable de teorías científicas que ofrecen un marco o modelo teórico global.[]
La historia de la ciencia deja de ser la historia de las teorías y se constituye en el planteamiento y consideración de «problemáticas comunes» a diversas teorías unidas en una continuidad de largo recorrido histórico y cultural. Dicha unidad encuentra su fundamento en un «marco conceptual común», una unidad cultural de lenguaje que ofrece una visión determinada acerca de un determinado ámbito del universo mundo, como interpretación del mismo, sobre la base de unas mismas reglas lógicas de interpretación de la experiencia. Las series más importantes de estas teorías científicas vienen caracterizadas por una «continuidad» en el tiempo; teorías que se relacionan en una unidad global dentro de en un ámbito suficientemente amplio de investigación del mundo. Vienen a suponer una cierta unidad conceptual y de visión general. Sobre estas unidades es sobre lo que se construye el progreso científico, pues es en el ámbito de éstas donde se producen las transformaciones de «antiguas verdadades» en «nuevas verdades» con independencia de cómo se interprete dicha transformación:
  • como «falsación de teoría concreta»: Popper.
  • como una «ruptura epistemológica», Gaston Bachelard.
  • como una revolución o «cambio de paradigma», Kuhn.
  • como evolución de «programas de investigación», Lakatos.
  • como simple «anarquía de los métodos», Feyerabend.,
  • como esbozo de posibilidades para la intelección posibilitante de lo real, Zubiri.
  • como «symploké», Gustavo Bueno.
  • como genialidad deductiva de un investigador.
  • como casualidad heurística de hecho.
Cada uno de estos puntos de vista requiere su reflexión y nos muestra que el proceso no es tan simple como suele mostrarse en la historia de una «ciencia consolidada» como sucesión de teorías: una racionalización lógica y sucesiva de teorías que se sustituyen unas a otras de un modo lógico-constructivo.
El reconocimiento de que la historia de la ciencia es la historia de los paradigmas o de los programas de investigación científica o de la anarquía de los métodos, en lugar de ser la historia de las teorías, puede por ello entenderse como una defensa parcial del punto de vista según el cual la historia de la ciencia es la historia de los marcos conceptuales o de los lenguajes científicos.
La ciencia en su conjunto puede ser considerada como un «enorme programa de investigación» con una regla suprema como señaló Popper: Diseña conjeturas que tengan más contenido empírico que sus predecesoras.
Filosofía de la ciencia
Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia.  De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por ninguna otra utilidad. Y así lo atestigua lo ocurrido. Es, pues, evidente que no la buscamos por ninguna utilidad, sino que, así como llamamos hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como la única ciencia libre, pues ésta sola es para sí misma. Por eso también su posesión podría con justicia ser considerada impropia del hombre.
Aristóteles. Metafísica, 982,b.11-32.
El origen del saber, y por tanto de la ciencia y del conocer en general, hunde su raíz en la ignorancia. Y puesto que la ignorancia absoluta no tiene sentido alguno, hay que partir del hecho de que la ciencia no parte de cero, es decir, el suelo en el que surge es el mundo de las creencias, las ideologías o los mitos y las tradiciones, como señala Aristóteles. Sin embargo Aristóteles, y con él casi toda la tradición filosófica, pensó en una ciencia que, superado el conocimiento vulgar de las creencias o los mitos (o las religiones), establecía una verdad necesaria y por tanto definitiva, casi divina e impropia del hombre, señala el texto. Un concepto fundamentalista que ha prevalecido en la cultura heredera de Grecia. No tanto en otras culturas orientales.
La ciencia «echa abajo falsedades», que no es lo mismo, estableciendo interpretaciones generales cada vez más amplias. En la ciencia de hoy se busca el avance del conocimiento natural a partir de las evidencias construidas sobre lo anterior, sabiendo ser una tarea inacabada: una búsqueda, no una llegada.
Tal vez la unión de la ciencia con el poder social, bien sea éste religioso, económico, político, ha sido una de las claves para considerarla unida al conocimiento de la verdad necesaria desligada de la utilidad directa, pero convertida en control y poder. La burguesía renacentista y moderna convierte el conocimiento en instrumento útil, como Razón instrumental para el dominio de la Naturaleza y constituye el origen del capitalismo; la ciencia queda definitivamente ligada al «dominio de la Naturaleza» y logra su propia independencia como saber desligado de la filosofía, pero ineludiblemente ligada al poder público (civil o militar) o privado; pero en todo caso poder económico. Al mismo tiempo es el inicio del proceso en que la posmodernidad considera llegado el triunfo definitivo del capitalismo liberal.
Los científicos siempre han dependido de las necesidades primarias satisfechas y disposición de tiempo para el estudio y la investigación; bien sea a través de la riqueza propia en la primera burguesía, del mecenazgo o del empleo por contrato en instituciones públicas o privadas.
La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión.
Albert Einstein.
Mientras que el objetivo tradicional de la filosofía de la ciencia ha sido el de justificar y legitimar el conocimiento científico, el objetivo en la actualidad es el de entender cómo se da tal conocimiento científico, entendido como actividad y empresa humana, utilizando para ello todos los recursos pertinentes, es decir, todas las disciplinas relevantes: biología, psicología, antropología, sociología, etc., e incluso economía y tecnología, empezado por la construcción de un conocimiento evidente que nos ayude a construir y llegar a la sabiduría.
La búsqueda de una garantía de cientificidad ha tenido siempre el aspecto de un acto tendente a rebasar la particular disciplina examinada para enlazarla con algo superior a ella, más sólido, menos atacable por la duda. «Historizar» también esta investigación significa, por una parte, mostrar que es intrínsecamente ilusorio buscar la garantía de la ciencia por encima de las ciencias mismas, y, por otra parte, poner en claro los aspectos más reales de una tal investigación, que hacen de ella no ya un instrumento para salir de la ciencia particular considerada, sino precisamente un factor interno de su dialéctica.
Ludovico Geymonat. Filosofía y filosofía de la ciencia.






Ciencia: humanismo y cultura
La investigación científica tiene una especie de carácter dramático. Ideas inteligentes pueden llevar a un callejón sin salida; observaciones banales pueden conducir a resolver un problema. Este es el precio que pagamos por el hecho de que la ciencia es un diálogo con la naturaleza, no un monólogo que podamos proseguir a nuestro arbitrio..../... Mi consejo a los jóvenes es que acepten correr riesgos, pero únicamente si lo hacen movidos por un convencimiento profundo. El éxito de la ciencia occidental no se explica solamente por actitudes pragmáticas: la ciencia también ha ido construyendo una filosofía de la naturaleza. Piénsese en Galileo, Newton o Einstein. Hoy se corre el peligro de que la ciencia sea considerada apenas una herramienta técnica o económica; creo que en tal caso perderá su atractivo para muchos de los miembros más dotados de la generación joven. Debemos preservar la base humanística de la ciencia. Debemos verla como parte de la cultura.
Ilya Prigogine. Nuevos paradigmas... op. cit. p.410
Terminología y verdad
Los términos modelo, hipótesis, ley y teoría tienen en la ciencia un significado diferente al que se les da en el uso del lenguaje corriente o vulgar.
Los científicos utilizan el término modelo para referirse a una serie de propiedades como idealización de una correspondencia con lo real; tales propiedades específicas se utilizan para construir las hipótesis que permiten realizar predicciones que puedan ser sometidas a prueba por experimentación u observación. Por tanto los resultados de los experimentos corresponden al modelo como regularidades de donde se obtienen las leyes que hacen posible la generalización para predicciones futuras.
Una hipótesis es una proposición que se considera provisionalmente como verdadera en función de una experimentación que confirme o rechace las consecuencias que de tal verdad puedan derivarse conforme a una teoría.
La palabra teoría es incomprendida particularmente por el común de la gente. El uso coloquial de la palabra teoría suele referirse a ideas que aún no tienen un respaldo experimental. En contraposición, los científicos generalmente utilizan esta palabra para referirse a un cuerpo de leyes o principios a través de los cuales se realizan predicciones acerca de fenómenos específicos.
Ciertamente las predicciones científicas pretenden tener un sentido de realidad. Pero hay siempre que tener en cuenta que tales predicciones se realizan sobre los supuestos que se han considerado en el modelo.
Esto explica la falibilidad de la ciencia tanto en sus observaciones como en las leyes generales y teorías que produce frente a un pretendido justificacionismo a ultranza. Esto es de especial relevancia para las ciencias cuyos modelos son idealizaciones muy pobres con respecto a lo real. Tal es el caso de lo que ocurre en las ciencias sociales. La ciencia avanza perfeccionando el conocimiento acerca de lo real no estableciendo verdades definitivas.
Método científico
Cada ciencia, y aun cada investigación concreta, genera su propio método de investigación. En general, se define como método el proceso mediante el cual una teoría científica es validada o bien descartada. La forma clásica del método de la ciencia ha sido la inducción (formalizada por Francis Bacon en la ciencia moderna) y justificada por el método "resolutivo-compositivo" de Galileo, interpretado como hipotético-deductivo.
Karl Popper, tras criticar la idea de que los experimentos verifican las teorías que los sustentan como justificadas, plantea el problema de la inducción como argumento lógicamente inválido, proponiendo la idea del progreso de la ciencia como falsación de teorías.
En todo caso, cualquiera de los métodos científicos utilizados requiere los siguientes criterios:
Existe una serie de pasos inherentes al proceso científico que, aunque no suelen seguirse en el orden aquí presentado, suelen ser respetados para la construcción y el desarrollo de nuevas teorías. Éstos son:
  • Observación: registrar y examinar atentamente un fenómeno, generalmente dentro de una muestra específica, es decir, dentro de un conjunto previamente establecido de casos.
  • Descripción: detallar los aspectos del fenómeno, proponiendo incluso nuevos términos al respecto.
  • Hipótesis: plantear las hipótesis que expliquen lo observado en el fenómeno y las relaciones causales o las correlaciones correspondientes.
  • Experimentación: es el conjunto de operaciones o actividades destinadas, a través de situaciones generalmente arbitrarias y controladas, a descubrir, comprobar o demostrar las hipótesis.
  • Demostración o refutación, a partir de los resultados de uno o más experimentos realizados, de las hipótesis propuestas inicialmente.
  • Inducción: extraer el principio general implícito en los resultados observados.
  • Comparación universal: el permanente contraste de hipótesis con la realidad.
La experimentación no es aplicable a todas las ramas de la ciencia; su exigencia no es necesaria por lo general en áreas del conocimiento como la vulcanología, la astronomía, la física teórica, etc. Sin embargo, la repetibilidad de la observación de los fenómenos naturales es un requisito fundamental de toda ciencia que establece las condiciones que, de producirse, harían falsa la teoría o hipótesis investigada (véase falsación).
Por otra parte, existen ciencias, especialmente en el caso de las ciencias humanas y sociales, donde los fenómenos no sólo no se pueden repetir controlada y artificialmente (que es en lo que consiste un experimento), sino que son, por su esencia, irrepetibles, por ejemplo, la historia.
El consenso científico
El consenso científico es el juicio colectivo que manifiesta la comunidad científica respecto a una determinada posición u opinión, en un campo particular de la ciencia y en determinado momento de la historia. El consenso científico no es, en sí mismo, un argumento científico, y no forma parte del método científico; sin embargo, el consenso existe por el hecho de que está basado en una materia objeto de estudio que sí presenta argumentos científicos o que sí utiliza el método científico.
El consenso suele lograrse a través del debate científico. La ética científica exige que las nuevas ideas, los hechos observados, las hipótesis, los experimentos y los descubrimientos se publiquen, justamente para garantizar la comunicación a través de conferencias, publicaciones (libros, revistas) y su revisión entre pares y, dado el caso, la controversia con los puntos de vista discrepantes. La reproducibilidad de los experimentos y la falsación de las teorías científicas son un requisito indispensable para la buena práctica científica.
Aplicaciones de la lógica y de las matemáticas en la ciencia
La lógica y la matemática son esenciales para todas las ciencias por la capacidad de poder inferir con seguridad unas verdades a partir de otras establecidas; es lo que las hace recibir la denominación de "ciencias exactas".
La función más importante de ambas es la creación de sistemas formales de inferencia y la concreción en la expresión de modelos científicos. La observación y colección de medidas, así como la creación de hipótesis y la predicción, requieren a menudo modelos lógico-matemáticos y el uso extensivo del cálculo; en la actualidad resulta especialmente relevante la creación de modelos científicos mediante el cálculo numérico, debido a las enormes posibilidades de cálculo que ofrecen los ordenadores.
Las ramas de la matemática más comúnmente empleadas en la ciencia incluyen el análisis matemático, el cálculo numérico y la estadística, aunque virtualmente toda rama de la matemática tiene aplicaciones en la ciencia, incluso áreas "puras" como la teoría de números y la topología.
El empirismo lógico llegó a postular que la ciencia venía a ser, en su unidad formal, una ciencia lógico-matemática capaz de interpretar adecuadamente la realidad del mundo. En cualquier caso, la utilidad de la matemática para describir el universo es un tema central de la filosofía de la matemática.
 
Divulgación científica
La divulgación científica tiene como objetivo hacer asequible el conocimiento científico a la sociedad más allá del mundo puramente académico. La divulgación puede referirse a los descubrimientos científicos del momento, como la determinación de la masa del neutrino, de teorías bien establecidas como la teoría de la evolución o de campos enteros del conocimiento científico. La divulgación científica es una tarea abordada por escritores, científicos, museos y periodistas de los medios de comunicación. La presencia tan activa y constante de la ciencia en los medios y la de éstos en aquélla ha hecho que, de un tiempo a la fecha, se debata sobre si, más que divulgación científica, debería usarse el término periodismo científico.
Algunos científicos notables han contribuido especialmente a la divulgación del conocimiento científico más allá del mundo estrictamente académico (en la radio y, sobre todo, en la televisión). Algunos de los más conocidos: Jacob Bronowski (El ascenso del hombre), Carl Sagan (Cosmos: Un viaje personal), Stephen Hawking (Historia del tiempo), Richard Dawkins (El gen egoísta), Stephen Jay Gould, Martin Gardner (artículos de divulgación de las matemáticas en la revista Scientific American), David Attenborough (La vida en la tierra) y autores de ciencia ficción como Isaac Asimov. Otros científicos han realizado sus tareas de divulgación tanto en libros como en novelas de ciencia ficción, como Fred Hoyle. Por último, no debemos olvidar mencionar el hecho de que muchos artistas, aunque no sea su actividad formal la divulgación científica, han realizado esta tarea a través de sus obras de arte: gran número de novelas y cuentos y otros tipos de obras de ficción narran historias directa o indirectamente relacionadas con descubrimientos científicos diversos, Julio Verne.
Influencia en la sociedad: la ética de la ciencia
Dado el carácter universal de la ciencia, su influencia se extiende a todos los campos de la sociedad, desde el desarrollo tecnológico a los modernos problemas de tipo jurídico relacionados con campos de la medicina o la genética. En ocasiones la investigación científica permite abordar temas de gran calado social como el Proyecto Genoma Humano y grandes implicaciones éticas como el desarrollo del armamento nuclear, la clonación, la eutanasia y el uso de las células madre.
Asimismo, la investigación científica moderna requiere en ocasiones importantes inversiones en grandes instalaciones como grandes aceleradores de partículas (CERN), la exploración espacial o la investigación de la fusión nuclear en proyectos como ITER.
En todo caso es deseable que los logros científicos conseguidos lleguen a la sociedad colaborando al desarrollo humano posible por encima del mero «ejercicio del poder» o del mero «desarrollo económico».
CONCLUSION
Se vio como cada persona notable en el ámbito científico ha dado su punto de vista en lo referente a lo que la ciencia da para ellos.
Sin duda alguna, se ha establecido un amplio concepto de lo que a la ciencia confiere y las ramas en las que esta se divide, y este concepto nos ayuda a darle un mejor entendimiento a lo que nos interesa  investigar.













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