INTRODUCCION
La ciencia ha estado presente
desde tiempos remotos desde los tiempos de Aristóteles, Platón y otros
pensadores que le dieron, cada uno, un significado que paulatinamente, con el
paso de los años, fueron cambiando hasta el concepto que ahora tenemos.
Sin duda, la ciencia es de lo más
elemental para la sociedad y la vida humana, pues es esta, en cada una de sus
ramas se encarga de explicar los acontecimientos que suceden, a veces
perceptibles, a veces no.
Toda esta explicación tiene
base en distintos puntos de vista de los notables científicos, y todo lleva o
bien deriva del Método Científico. Método que debe cumplir ciertas características
para que la ciencia tenga validez.
DESARROLLO
Ciencia
La ciencia (del latín scientĭa 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos estructurados sistemáticamente. La
ciencia es el conocimiento obtenido mediante la observación de patrones
regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se
construyen hipótesis, se deducen
principios y se elaboran leyes generales y sistemas organizados por medio de un método científico.
La ciencia considera distintos hechos, que deben ser objetivos y observables. Estos
hechos observados se organizan por medio de diferentes métodos y técnicas,
(modelos y teorías) con el fin de generar nuevos conocimientos. Para ello hay
que establecer previamente unos criterios de verdad y asegurar la corrección permanente de las observaciones y resultados,
estableciendo un método de investigación.
Con frecuencia esas
predicciones pueden formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes generales, que dan cuenta del
comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas
circunstancias.
Unidad del saber científico: clasificación de las
ciencias
La
unidad del saber ha sido siempre uno de los ideales más tenazmente perseguidos
por el pensamiento humano. Muchos filósofos han llegado a sostener que
«conocer» significa «reducir a unidad»; consiguientemente, la forma más alta de
conocimiento del mundo no podía consistir -según estos filósofos- más que en la
inserción de todos los fenómenos en un solo sistema.
Ludovico
Geymonat. op. cit, p. 27
“La unidad de la ciencia constituye la fase de
aplicaciones de la ciencia en cuanto éstas dependen de la combinación de
premisas tomadas de diversas disciplinas científicas en series de indiferencia
conexas entre ellas.”
Enciclopedia
Internacional de la Ciencia Unificada Joergen Joergensen
Pero intentar enumerar todas las ciencias, y elaborar una
clasificación unitaria siguiendo criterios fijos se convierte en una tarea
difícil, si no imposible, dado el desarrollo de las ciencias no solo en número
sino en métodos y criterios de constitución de cada una de las mismas.
Hasta el Renacimiento todo el saber
que no fuera técnico o artístico se situaba en el ámbito de la filosofía. El conocimiento
de la naturaleza era sobre la totalidad: una
ciencia universal. Cuando Aristóteles utiliza
los términos «episteme» y «philosophia» no es incorrecto hablar
de clasificación de las «ciencias en Aristóteles»; pero con un significado y
contenido muy diferente al de «ciencia» en la Modernidad.
Las primeras clasificaciones se
remontan a Aristóteles, que considera tres categorías del saber:
- Teoría, que busca la verdad de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber: Matemáticas, Física y Teología.
- Poiesis o saber creador, saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día se englobaría en la creación artística, artesanía y la producción de bienes materiales.
La clasificación aristotélica sirvió
de fundamento para todas las clasificaciones que se hicieron en la Edad Media
hasta el Renacimiento, cuando las grandes transformaciones promovidas por los
grandes adelantos técnicos plantearon la necesidad de nuevas ciencias y sobre
todo nuevos métodos de investigación que culminarán en la Ciencia Moderna del
siglo XVII. Es entonces cuando aparece un concepto moderno de clasificación que
supone la definitiva separación entre ciencia y filosofía.
En la Edad Moderna Tommaso Campanella, Comenio, Bacon, Hobbes y John
Locke propusieron diferentes
clasificaciones. El Systema
Naturae (1735) de Linneo, estableció los criterios de clasificación que más
influencia han tenido en el complejo sistema clasificatorio de las ciencias naturales. André-Marie Ampère confeccionó una tabla con quinientas doce ciencias.
«No hay sabios que gustosamente no colocaran la ciencia
de la que se ocupan en el centro de todas las ciencias, casi en la misma forma
que los hombres primitivos se colocaban en el centro del mundo, persuadidos de
que el universo había sido creado por ellos. Las profesiones de muchos de estos
sabios, examinándose filosóficamente, encontrarían, posiblemente, incluso,
además del amor propio, causas de peso suficiente para su justificación»
Discours préliminaire de l'Encyclopedie, París 1929, pág.
61
A partir del siglo XIX y con el
importante crecimiento experimentado por el conocimiento científico surgen
numerosas disciplinas científicas con yuxtaposiciones de parcelas establecidas
por ciencias anteriores:
- De la relación de la termodinámica y la electroquímica, la íntima imbricación de la física y la química: Fisicoquímica.
De esta forma las ciencias suelen llevar nombres
compuestos de ciencias anteriores, a veces situadas en campos completamente
dispares.
Los nuevos lenguajes no jerárquicos
de estructura asociativa, y manejados por la informática reflejan la situación
actual de división de las ciencias y sus conexiones metodológicas y de
contenidos, aun a pesar de la enorme especialización que se experimenta
continuamente tanto en la investigación como en los centros de enseñanza.
La sistematización científica requiere el conocimiento de
diversas conexiones, mediante leyes o principios teóricos, entre diferentes
aspectos del mundo empírico que se caracterizan mediante conceptos científicos.
Así los conceptos de la ciencia son nudos en una red de interrelaciones
sistemáticas en la que las leyes y los principios teoréticos constituyen los
hilos... Cuantos más hilos converjan o partan de un nudo conceptual, tanto más
importante será su papel sistematizado o su alcance sistemático.
Carl
Hempel, Philosophy of natural
science, Prentice-Hall, 1966. Cit. por Javier Gimeno Perelló, op.cit.
Clasificaciones fundamentales
Dilthey considera
inapropiado el modelo epistemológico de las
«Naturwissenschaften», esto es el método
científico que toma como modelo de ciencia la Física aplicada a las
llamadas «ciencias naturales», cuando se aplica a otros saberes que atañen al
hombre y a la sociedad. Propone por ello un modelo completamente diferente para
las «Geisteswissenschaften», «ciencias humanas» o «ciencias del espíritu»,
filosofía, psicología, historia, filología, sociología, etc.
Estudian
las formas válidas de inferencia: lógica -
matemática. No tienen contenido concreto; es un
contenido formal, en contraposición al
resto de las ciencias fácticas o empíricas.
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Son
aquellas disciplinas científicas que tienen por objeto el estudio de la naturaleza: astronomía, biología, física, geología, química, geografía física y otras.
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Son
aquellas disciplinas que se ocupan de los aspectos del ser humano —cultura y
sociedad—.
El método depende particularmente de cada disciplina: administración, antropología, ciencia política, demografía, economía, derecho, historia, psicología, sociología, geografía humana, trabajo social y
otras.
|
Mario Bunge (1972)
considera el criterio de clasificación de la ciencia en función del enfoque que
se da al conocimiento científico: por un lado, el estudio de los procesos
naturales o sociales (el estudio de los hechos) y, por el otro, el estudio de
procesos puramente lógicos (el estudio de las formas generales del pensar
humano racional); es decir, postuló la existencia de una ciencia factual
(o ciencia
fáctica) y una ciencia formal.
Las ciencias factuales se encargan
de estudiar hechos auxiliándose de la observación y la experimentación. La
física, la psicología y la sociología son ciencias factuales porque se refieren
a hechos que se supone ocurren en la realidad y, por consiguiente, tienen que
apelar al examen de la evidencia
científica empírica.[]
La ciencia
experimental se ocupa del estudio del mundo natural. Por
mundo natural se ha de entender todo lo que pueda ser supuesto, detectado o
medido a partir de la experiencia. En su
trabajo de investigación, los científicos se ajustan a un cierto método, un método
científico general y un método específico al campo concreto y a los
medios de investigación.
La llamada «ciencia aplicada»
consiste en la aplicación del conocimiento científico teórico (la llamada
ciencia «básica» o «teórica») a las necesidades humanas y al desarrollo tecnológico. Es por
eso que es muy común encontrar, como término, la expresión «ciencia y
tecnología».
Las ciencias formales, en
cambio, crean su propio objeto de estudio; su método de trabajo es puro juego
de la lógica, en cuanto
formas del pensar racional humano, en sus variantes: la lógica y las matemáticas. En la
tabla que sigue se establecen algunos criterios para su distinción:[]
Caracterización de
las ciencias según el esquema de Bunge
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FORMALES
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FÁCTICAS
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|
OBJETO DE ESTUDIO
|
- Estudian entes formales,
ideales o conceptuales
- Dichos entes son postulados hipotéticamente (construidos, propuestos, presupuestos o definidos) por los científicos que los estudian. |
- Estudia el mundo de los hechos (Desde las
galaxias a las partículas subatómicas; nubes, elefantes, alegrías y
tristezas).
- Tales hechos se asumen que tienen existencia con independencia de los científicos y de las comunidades que los estudian, aunque puedan tener interacciones con ellos. |
MODO DE VALIDACIÓN
|
- Parten de axiomas o postulados y a partir
de ellos demuestran teoremas
- Los axiomas son relativos al contexto en el cual se opera. - No requieren de cotejo empírico o experimentación. - Sus conclusiones adquieren grado de certeza |
|
OBJETIVO QUE PERSIGUE
|
- Procura describir y
explicar hechos y realidades
ajenas a ellas mismas.
- Persiguen la verdad material o contingente. |
La ciencia es un elemento
fundamental en la construcción de la civilización humana tomada en su conjunto.
Las teorías científicas, al fin y al cabo, responden a las necesidades de los
hombres y su evolución responde a la evolución que el hombre ha seguido en su
concepción del mundo y la valoración de los hechos de la vida.
A lo largo de los siglos la ciencia viene a constituirse
por la acción e interacción de tres grupos de personas:
- Los artesanos, constructores, los que abrían caminos, los navegantes, los comerciantes, etc. resolvían perfectamente las necesidades sociales según una acumulación de conocimientos cuya validez se mostraba en el conocimiento y aplicación de unas reglas técnicas precisas fruto de la generalización de la experiencia sobre un contenido concreto.
- Los filósofos, llevados por los argumentos demostrativos mostraban unos razonamientos que extendían el dominio de las verdades demostrables y las separaba de la intuición.
./... La uniformidad del Ser sobrevivió en la idea de que
las leyes básicas han de ser independientes del espacio, del tiempo y de las
circunstancias.[]
Aristóteles valoró la experiencia y la elaboración de conceptos a
partir de ella mediante observaciones; pero la construcción de la ciencia
consiste en partir de los conceptos para llegar a los principios necesarios del ente en
general.
Su ciencia por eso ha sido considerada «cualitativa» en
cuanto a la descripción pero platónica en cuanto a su fundamentación de leyes
necesarias. Para Aristóteles el valor de la experiencia se orienta hacia
teorías basadas en explicaciones «cualitativas», y a la búsqueda de principios
(causas) cada vez más generales a la búsqueda del principio supremo del que se
«deducen» todos los demás. Es por eso que el argumento definitivo está basado
en la deducción y el silogismo.
Esta ciencia ( o filosofía?), ciencia deductiva a partir
de los principios, es eficaz como exposición teórica del conocimiento
considerado válido, pero es poco apta para el descubrimiento.
- Sobre la base de toda la tradición mantenida por los grupos anteriores, los científicos de la ciencia moderna: difieren de los filósofos por favorecer lo específico y experimental y difieren de los artesanos por su dimensión teórica.
Su formación como grupo y eficacia viene marcada a partir
de la Baja Edad Media, por una fuerte reacción antiaristotélica y, en el
Renacimiento, por un fuerte rechazo al argumento de autoridad y a la valoración de lo humano con independencia de lo religioso.
A partir del siglo XVII se constituye la ciencia tal como
es considerada en la actualidad, con un objeto y método independizado de la
filosofía.
En un punto fue necesaria la confrontación de dos
sistemas (Descartes-Newton) contemporáneos en la concepción del mundo natural:
·
Descartes, Principia philosophiae (1644), a pesar de su indudable modernidad, mantiene la
herencia de la filosofía anterior anclada en las formas divinas propone un
método basado en la deducción a partir de unos principios, las ideas innatas,
formas esenciales y divinas como «principios del pensar». El mundo es un «mecanismo» determinista regido por unas leyes determinadas que se pueden conocer
como ciencia mediante un riguroso método de análisis a partir de intuiciones evidentes. Es la consagración definitiva de la nueva ciencia, el
triunfo del antiaristotelismo medieval, la imagen heliocéntrica del mundo, la
superación de la división del universo en mundo sublunar y supralunar en un
único universo mecánico.
·
Newton, Principia Mathematica philosophiae naturalis, (1687). Manteniendo el espíritu anterior sin embargo realiza
un paso más allá: el rechazo profundo a la hipótesis cartesiana de los
vórtices. La ciencia mecanicista queda reducida a un cálculo matemático a
partir de la mera experiencia de los hechos observados sobre un espacio-tiempo
inmutable.
Método hipotético-deductivo
La genialidad de Galileo Galilei
consistió en combinar la lógica de observación de los fenómenos con dos métodos
desarrollados en otras ramas del conocimiento formal: la hipótesis y la medida. Supone el
origen del Método
experimental que él llamó "resolutivo-compositivo", y ha
sido muchas veces considerado con el nombre de "hipotético-deductivo"
como prototipo del método
científico e independiente del método
empírico-analítico.
Según Ludovico Geymonat la lógica
empírica se caracteriza por tres métodos estructurados en un todo:
- Buscar un experimento, es decir, una observación condicionada preparada para medir y corroborar la hipótesis.
Inductivismo
El inductivismo considera el
conocimiento científico como algo objetivo, medible y demostrable, a partir
solamente de procesos de experimentación observables en la naturaleza a través
de nuestros sentidos. Por lo tanto, los inductivistas están preocupados por la
base empírica del
conocimiento.[]
Esta filosofía de la ciencia comienza a gestarse durante
la revolución científica del siglo XVII, y se consolida definitivamente como paradigma del método científico por la fundamental obra de Isaac
Newton. Francis
Bacon insistió en que para
comprender la naturaleza se debía estudiar la naturaleza misma, y no los
antiguos escritos de Aristóteles.
El inductivismo gozó de una enorme aceptación hasta buena
parte del siglo XX, produciendo enormes avances científicos desde entonces. Sin
embargo, con la crisis
de la ciencia moderna surge
el Problema de la inducción, que lleva al ocaso de este paradigma.
Crisis de la ciencia
A pesar del indudable progreso de la
ciencia durante los siglos XVII, XVIII y XIX seguía en pie la cuestión del
fundamento racional de la
misma sobre dos justificaciones divergentes:
- El racionalismo que fundamenta el método hipotético-deductivo: la ley científica se justifica en una deducción teórica a partir de una hipótesis o teorías científicas.
- El empirismo que fundamenta el método inductivo: la ley científica se justifica en la mera observación de los hechos.
El problema es planteado de modo
definitivo por Kant respecto a la
distinción entre juicios
analíticos y sintéticos; la posibilidad de su síntesis, como juicios
sintéticos a priori, considerados como los juicios propios de la ciencia,
permanecía en la sombra sin resolver.
El propio progreso de las ciencias muestra evidencias
claras de que las regularidades de la naturaleza están llenas de excepciones.
La creencia en leyes necesarias y la creencia en el determinismo de la Naturaleza, que inspiró tanto a los griegos como a
la Ciencia Moderna hasta el siglo XX, así como el hecho de que la observación
se justifica a partir de la experiencia, se ponen seriamente en cuestión.
En 1934 Karl Popper publica La
lógica de la investigación científica, que pone en cuestión los fundamentos
del inductivismo científico, proponiendo un nuevo criterio
de demarcación de la ciencia así como una nueva idea de verificación por
medio de la falsación
de teorías y una aproximación asintótica de la verdad científica
con la realidad.
En 1962 Kuhn propone
un nuevo modo de concebir la construcción de la ciencia bajo el concepto de
«cambio de paradigma
científico», que hiciera posible el no tener que considerar necesariamente
falsas todas las teorías obsoletas de la ciencia anterior.
En 1975 Feyerabend publica
un polémico libro, CONTRA EL MÉTODO: Esquema de una teoría anarquista del
conocimiento. Tras analizar críticamente el proceso seguido por Galileo en
su método resolutivo-compositivo, rompe el «paradigma» del método
hipotético-deductivo considerado como el fundamento del método
científico como tal.
Posmodernidad
La cuestión es que la ciencia con
sus viejos enfoques sigue produciendo resultados que están a la vista pero
suscitando nuevos problemas.
La
cuestión entre realismo y empirismo ../.. sigue tan
viva como siempre..../... [Los investigadores] estudian eventos particulares,
realizan entrevistas, invaden los laboratorios, desafían a los científicos,
examinan sus tecnologías, sus imágenes, sus concepciones, y exploran el gran
antagonismo que a menudo existe entre disciplinas, escuelas y grupos de
investigación concretos. Resumiendo sus resultados, podemos decir que el
problema no es ahora el de cómo articular el monolito CIENCIA, sino el de qué
hacer con la desparramada colección de esfuerzos que han ocupado su lugar.
¿Sigue siendo la ciencia el gran argumento de
autoridad en el reconocimiento de la verdad? La conclusión postmoderna es
que en los contextos concretos el criterio ha sido asumido por el de competencia como «saber adecuado a lo concreto» por parte de los expertos.
La ciencia sigue adelante con toda
su fuerza cultural y social, y cada día más, al convertirse en un fenómeno que
afecta globalmente a toda la Humanidad:
- Por la mayor educación social generalizada en todas las sociedades del mundo.
- Por la influencia de la tecnología que la hace aplicable a la realidad en poco tiempo.
- Por los medios de comunicación, que facilitan la rápida divulgación y «vulgarización» de los conocimientos.
- Etc.
El problema de su fundamentación y construcción deviene
un problema filosófico en el llamado posmodernismo que ciertamente tiene una conciencia clara: La verdad
no es necesaria ni universal, sino producto humano y por tanto cambiante y
contingente.
El resultado es que es posible adquirir conocimiento y
resolver problemas combinando elementos y trozos de «ciencia» con opiniones y
procedimientos que «prima facie» son «no-científicos». En realidad lo que ha
cambiado profundamente de la mano de la propia ciencia es el sentido de lo que
es la verdad, el conocimiento y el saber y en qué consiste la evidencia y los métodos para lograrla.
Construcción del saber científico
¿Qué distingue al conocimiento de la superstición, la
ideología o la pseudo-ciencia? La Iglesia Católica excomulgó a los
copernicanos, el Partido Comunista persiguió a los mendelianos por entender que
sus doctrinas eran pseudocientíficas. La demarcación entre ciencia y
pseudociencia no es un mero problema de filosofía de salón; tiene una
importancia social y política vital.
Imre
Lakatos.La metodología de los
programas de investigación científica. op. cit. p.9
Conocer y saber
La ciencia ante todo requiere el reconocimiento de ser un
«saber» para ser considerada como tal. Es por ello interesante distinguir entre
«conocimiento y saber».
Conocer, y su producto el
conocimiento, va ligado a una evidencia que consiste en la creencia basada en
la experiencia y la memoria y es algo común en la evolución de los seres
naturales concebidos como sistemas, a partir de los animales superiores. Saber,
por su parte requiere, además de lo anterior, una justificación
fundamental; es decir un engarce en un sistema coherente de significado y de
sentido, fundado en lo
real y comprendido como realidad por la razón;
más allá de un conocimiento en el momento presente o fijado en la memoria como
único. Las cosas ajenas a la razón no pueden ser objeto de ciencia.
... ciencia es la opinión verdadera acompañada de razón.
(δοξα άληθης μετα λογου)
Platón.Teeteto. Trad. Juan B. Bergua.Madrid. Ediciones
Ibéricas. 1960. p. 122 y 223
Platón, en ese texto, reconoce que los elementos simples
son por ello «irracionales», puesto que no se puede dar razón de ellos.
Fundamentalmente caracterizan la
construcción del saber científico actual los rasgos siguientes:
- Investigación de un cambio de problemática, teórica o práctica, en un área o ámbito científico determinado con un núcleo teórico consolidado.
- De un equipo generalmente financiado por una Institución Pública, Fundación privada o Empresa particular
- Dirigida por alguien de reconocido prestigio como experto en el ámbito de la investigación, sea individuo o equipo investigador
- Publicado en revistas especializadas
- Incorporadas y asumidas las conclusiones en el quehacer de la comunidad científica del ámbito que se trate como elementos dinámicos de nuevas investigaciones que amplían la problemática inicial generando nuevas expectativas, predicciones, etc. o, dicho en términos propios, el resultado es un programa teóricamente progresivo.
El reconocimiento suele convertirse en derecho de patente durante 20 años cuando tiene una aplicación práctica o
técnica.
Observación de los hechos
Si,
persuadidos de estos principios, hacemos una revisión de las bibliotecas, ¡qué
estragos no haremos! Si tomamos en las manos un volumen de teología, por
ejemplo, o de metafísica escolástica, preguntemos: ¿contiene algún razonamiento
abstracto sobre la cantidad o los números? No. ¿contiene algún raciocinio
experimental sobre cuestiones de hecho o de existencia? No. Echadlo al fuego;
pues no contiene más que sofistería y embustes.
David
Hume. Investigación sobre el
entendimiento humano. Tercera parte.
La cita de Hume ilustra el pensamiento en la Edad
Moderna y fue importante en la
constitución de la ciencia moderna. Sin embargo en la actualidad es un problema
fundamental del estatus de la ciencia.
Newton afirmaba «no hago suposiciones» y estaba convencido de que su teoría estaba apoyada por
los hechos. Pretendía deducir sus leyes a partir de los fenómenos observados
por Kepler. Pero tuvo que introducir una teoría
de las perturbaciones para
poder sostener que los movimientos de los planetas eran elípticos, y en
realidad no supo justificar la gravedad. Sin embargo, antes de Einstein la mayoría de los científicos pensaban que la física de
Newton estaba fundamentada en la realidad de los hechos observados. Hoy es posible demostrar con facilidad que no se puede
derivar válidamente una ley de la naturaleza a partir de un número finito de
hechos.
Karl
Popper propuso un criterio de falsabilidad que contradice la realidad de la construcción de la
ciencia cuando las teorías no suelen derrumbarse por una sola observación o un experimento crucial que las contradiga.
Según Kuhn la ciencia avanza por medio de revoluciones cuando se
produce un cambio de paradigma, que no depende de la observación de los hechos sino que
constituye un cambio de referencia de un campo o área determinada de la
investigación científica en una teoría más general que abarca un área mucho más
amplia.
Lo que constituye como «científicas»
a las teorías no es su «verdad demostrada» que no lo es, sino su capacidad de
mostrar nuevas verdades que surgen al seguir ofreciendo nuevas vías de
investigación, suscitando hipótesis nuevas y abriendo cauces nuevos en la
visión general del campo que se trate. Es solo al final de un amplio proceso de
construcción y reconstrucción de una teoría cuando puede surgir una nueva
teoría o paradigma o programa de investigación más
general que explica con una nueva óptica los mismos hechos explicados por la
primera teoría anterior al considerarlos en un ámbito de visión del mundo más
amplio. La vieja teoría dejará de tener entonces el reconocimiento como ciencia
actual; porque ha dejado ya de ser referente como medio para la ampliación del
conocimiento. Lo que nos les hace perder el valor científico que han mostrado
durante bastante tiempo y el carácter histórico de su aportación a la
construcción de la ciencia.
Ley científica
En la arquitectura de la ciencia el paso fundamental está
constituido por la ley. Es la primera formulación científica como tal. En la
ley se realiza el ideal de la descripción científica; se consolida el edificio
entero del conocimiento científico: de la observación a la hipótesis
teórica-formulación-observación-experimento (ley científica), teoría general,
al sistema. El sistema de la ciencia es o tiende a ser, en su contenido más
sólido, sistema de las leyes.
Diferentes dimensiones que se
contienen en el concepto de ley:
- La aprehensión meramente descriptiva
- Análisis lógico-matemático
- Intención ontológica
Desde un punto de vista descriptivo
la ley se muestra simplemente como una relación fija, entre ciertos datos
fenoménicos. En términos lógicos supone un tipo de proposición, como afirmación que
vincula varios conceptos relativos a los fenómenos como verdad. En cuanto a la
consideración ontológica la ley
como proposición ha sido interpretada históricamente como representación de la esencia, propiedades o accidentes de una sustancia. Hoy día se
entiende que esta situación ontológica se centra en la fijación de las
constantes del acontecer natural, en la aprehensión de las regularidades
percibidas como fenómeno e
incorporadas en una forma de «ver y explicar el mundo».
El problema epistemológico consiste
en la consideración de la ley como verdad y su formulación como lenguaje y en
establecer su «conexión con lo real», donde hay que
considerar dos aspectos:
- El término de lo real hacia el cual intencionalmente se dirige o refiere la ley, es decir, la constancia de los fenómenos en su acontecer como objeto de conocimiento.
Generalmente, y de forma vulgar, se suele interpretar
como «relación causa/efecto» o «descripción de un fenómeno». Se formula
lógicamente como una proposición hipotética en la forma: Si se da a,b,c.. en las condiciones,
h, i, j... se producirá s, y, z...
Teoría científica
La teoría científica representa el
momento sistemático explicativo del saber propio de la ciencia natural; su
culminación en sentido especulativo.
Los años 50 del siglo XX supusieron
un cambio de paradigma en la consideración de las «teorías científicas».
Según Mario Bunge en aras
de un inductivismo dominante, con anterioridad se observaba, se clasificaba
y se especulaba.
Ahora en cambio:
- La matemática se utilizaba fundamentalmente al final para comprimir y analizar los datos de investigaciones empíricas, con demasiada frecuencia superficiales por falta de teorías, valiéndose casi exclusivamente de la estadística, cuyo aparato podía encubrir la pobreza conceptual.
En definitiva, concluye Bunge:
Empezamos
a comprender que el fin de la investigación no es la acumulación de hechos sino
su comprensión, y que ésta solo se obtiene arriesgando y desarrollando
hipótesis precisas que tengan un contenido empírico más amplio que sus
predecesoras.
Bunge, M. op. Cit. p. 9-11; Lakatos. op. cit. 123-133
Construcción de modelos
El comienzo de todo conocimiento de la realidad comienza
mediante idealizaciones que consisten en abstraer y elaborar conceptos;
lo cual no es ni más ni menos que construir un modelo acerca de la realidad.
El proceso natural sigue lo que
tradicionalmente se ha considerado bajo el concepto de analogía. Pero en la
ciencia el contenido conceptual solo se considerará preciso como modelo de
lo real con sentido científico, cuando dicho modelo es interpretado como
caso particular de un «modelo teórico», siempre y cuando podamos establecer los
términos en que dicha analogía se concreta mediante observaciones o
comprobaciones precisas y posibles.
El objeto modelo es cualquier representación esquemática
de un objeto. Si el objeto representado es un objeto concreto entonces es una
idealización del objeto, que puede ser pictórica (un dibujo p. ej.) o conceptual
(una fórmula matemática); es decir, puede ser figurativa o simbólica.
El objeto modelo así considerado
deviene, en determinadas circunstancias y condiciones, como modelo teórico.
Un modelo teórico es un sistema hipotético-deductivo
concerniente a un objeto modelo que es, a su vez, representación conceptual
esquemática de una cosa o de una situación real o supuesta real.
El modelo ha de insertarse en el marco de una teoría
general, sea por ejemplo la mecánica cuántica o la mecánica clásica. En
cualquiera de los dos casos se produce una teoría específica o ‘’modelo
teórico’’ de un objeto concreto. Ciertamente el modelo teórico siempre quedará
corto respecto a la compleja realidad que intenta representar. Pero en todo
caso siempre será más rico que el mero objeto modelo que no es sino una lista
de rasgos del objeto modelizado.
Dos formas de considerar las
teorías:
- Teorías fenomenológicas. Tratan y se limitan a «describir» fenómenos, estableciendo las leyes que establecen sus relaciones mutuas a ser posible cuantificadas. Procuran evitar cualquier contaminación «metafísica» o «esencial» tales como las causas, los átomos o la voluntad, pues el fundamento consiste en la observación y toma de datos con la ayuda «únicamente» de las variables observables exclusivamente de modo directo. Tal es el ideal del empirismo: Francis Bacon, Newton, neopositivismo. La teoría es considerada como una caja negra.
- Teorías representativas, por el contrario, pretenden establecer la «esencia» o fundamento último que justifica el fenómeno y las leyes que lo describen. Tal es el ideal del racionalismo y la teoría de la justificación: Descartes, Leibniz. En relación con lo anterior Bunge propone considerarla como «caja negra traslúcida».
Experimentación: ¿verificación de hechos o falsación de teorías?
Según el sentido de la teoría
de la justificación la ciencia ha de consistir en proposiciones probadas.
El
falsacionista ingenuo insiste en que si tenemos un conjunto inconsistente de
enunciados científicos en primer lugar debemos seleccionar entre ellos: 1) Una
teoría que se contrasta (que hará de nuez); 2) Un enunciado básico aceptado
(que servirá de martillo) y el resto será conocimiento básico que no se pone en
duda (y que hará las funciones de yunque). Y para aumentar el interés de esta
situación hay que ofrecer un método para «endurecer» el «martillo» y el
«yunque» de modo que podamos partir la nuez realizando un «experimento crucial
negativo». Pero las conjeturas ingenuas referentes a esta visión resultan
demasiado arbitrarias y no ofrecen el endurecimiento debido.
Imre Lakatos. op. cit. p.130
El experimento no es una
«verificación» de la teoría que lo sustenta como mostró Popper mostrando al
desnudo el problema
de la inducción.
El
inductivismo estricto fue considerado seriamente y criticado por muchos
autores, desde Bellarmino, Whewell, y finalmente
destruido por Duhem y Popper, aunque ciertos
científicos y filósofos de la ciencia como Born, Achisnstein o Dorling aún
creen en la posiblidad de deducir o inducir válidamente las teorías a partir de
hechos (¿seleccionados?). Pero el declinar de la lógica cartesiana y en
general, de la lógica psicologista, y la emergencia la lógica de Bolzano y Tarski decretó la
muerte de la deducción a partir de los fenómenos.
Lakatos. op. cit. p. 219
Las teorías generales no son
directamente contrastables con la experiencia. Solamente mediante casos
particulares pueden «ser contrastadas empíricamente» con soluciones específicas
mediante teorías específicas, como modelos teoréticos. Lo que viene a mostrar
que a mayor lógica que detente una teoría, tendrá menos contrastabilidad
empírica. Teniendo muy presente la dificultad de poder asegurar que el valor
de los datos manejados y obtenidos sean los correctos. Por ello la
filosofía de la ciencia adquiere un carácter de investigación en la actualidad
muy importante.
Historia y progreso del conocimiento científico
Desde determinado punto de vista la
descripción de la historia de la ciencia puede causar una visión compendiada de
la historia en la que una teoría falsa es sustituida por una «verdadera», que
será falsa cuando es sustituida por otra «verdadera». Tal es lo que ocurre si
mantenemos una visión simplista de la ciencia como «conjunto de teorías
cerradas» es decir que se sustentan por sí mismas en su contenido de verdad y
se generan en una sucesión cuyo producto acabado es «una ciencia consolidada»,
producto de «Una Razón», si no absoluta, al menos humana, pero en tanto que
verdadera, definitiva.
De hecho una visión así se produce
cuando la tesis más frecuente y tenazmente repetida es que el método
científico es una combinación de deducción e inducción, de matemática y
experiencia.Tal idea se remonta a Galileo (o incluso más atrás, hasta los
más grandes científicos de la Grecia clásica), calificada como inductivismo cuyo
fundamento reside en considerar que los hechos justifican
las teorías en el sentido de hacerlas verdaderas de forma
definitiva y permanente.
Tal visión ha sido definitivamente
superada por la crisis vivida durante el siglo XX al tener que considerar las
teorías como «teorías abiertas».
Teorías cerradas:
- Rigurosamente formalizadas, o formalizables en lenguaje lógico-matemático.
- Se basan en un determinado sistema de axiomas y reglas lógicas.
- No necesitan tener referencia alguna a presuntas verdades intuitivas ajenas a dicho sistema.
- Dos teorías diversas entre sí no pueden tener equivalencias puesto que se basan en sistemas primitivos lógicos diferentes.
La crisis de la ciencia del siglo XX
por el contrario muestra la necesidad de teorías abiertas. No se trata de la
idea de «sucesión descriptiva» sino de «el fundamento del progreso científico»
entendido como proceso histórico. La actual epistemología
representa un punto de inflexión importante en la visión de la historia de la ciencia
como:
Evaluación del
progreso objetivo de la ciencia entendido como cambios progresivos y regresivos
de problemáticas para un conjunto estable de teorías científicas que ofrecen un
marco o modelo teórico global.[]
La historia de la ciencia deja de ser
la historia de las teorías y se constituye en el planteamiento y consideración
de «problemáticas comunes» a diversas teorías unidas en una continuidad de
largo recorrido histórico y cultural. Dicha unidad encuentra su fundamento en
un «marco conceptual común», una unidad cultural de lenguaje que ofrece una
visión determinada acerca de un determinado ámbito del universo mundo, como
interpretación del mismo, sobre la base de unas mismas reglas lógicas de
interpretación de la experiencia. Las series más importantes de estas teorías
científicas vienen caracterizadas por una «continuidad» en el tiempo; teorías
que se relacionan en una unidad global dentro de en un ámbito suficientemente
amplio de investigación del mundo. Vienen a suponer una cierta unidad conceptual
y de visión general. Sobre estas unidades es sobre lo que se construye el
progreso científico, pues es en el ámbito de éstas donde se producen las
transformaciones de «antiguas verdadades» en «nuevas verdades» con
independencia de cómo se interprete dicha
transformación:
- como genialidad deductiva de un investigador.
- como casualidad heurística de hecho.
Cada uno de estos puntos de vista
requiere su reflexión y nos muestra que el proceso no es tan simple como suele
mostrarse en la historia de una «ciencia consolidada» como sucesión de teorías:
una racionalización lógica y sucesiva de teorías que se sustituyen unas a otras
de un modo lógico-constructivo.
El reconocimiento de que la historia
de la ciencia es la historia de los paradigmas o de los
programas de investigación científica o de la anarquía de los métodos,
en lugar de ser la historia de las teorías, puede por ello entenderse como una
defensa parcial del punto de vista según el cual la historia de la ciencia
es la historia de los marcos conceptuales o de los lenguajes científicos.
La ciencia en su conjunto puede ser considerada como un
«enorme programa de investigación» con una regla suprema como señaló Popper: Diseña
conjeturas que tengan más contenido empírico que sus predecesoras.
Filosofía de la ciencia
Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a
filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados ante los fenómenos
sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose
problemas mayores, como los cambios de la luna y los relativos al sol y a las
estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un problema o
se admira, reconoce su ignorancia. De
suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el
saber en vista del conocimiento, y no por ninguna otra utilidad. Y así lo
atestigua lo ocurrido. Es, pues, evidente que no la buscamos por ninguna
utilidad, sino que, así como llamamos hombre libre al que es para sí mismo y no
para otro, así consideramos a ésta como la única ciencia libre, pues ésta sola
es para sí misma. Por eso también su posesión podría con justicia ser
considerada impropia del hombre.
Aristóteles. Metafísica, 982,b.11-32.
El origen del saber, y por tanto de
la ciencia y del conocer en general, hunde su raíz en la ignorancia. Y
puesto que la ignorancia absoluta no tiene sentido alguno, hay que partir del
hecho de que la ciencia no parte de cero, es decir, el suelo en el que surge es
el mundo de las creencias, las ideologías o los mitos y las tradiciones, como
señala Aristóteles. Sin embargo Aristóteles, y con él casi toda la tradición
filosófica, pensó en una ciencia que, superado el conocimiento vulgar de las
creencias o los mitos (o las religiones), establecía una verdad necesaria y por
tanto definitiva, casi divina e impropia del hombre, señala el texto. Un
concepto fundamentalista que ha
prevalecido en la cultura heredera de Grecia. No tanto en otras culturas
orientales.
La ciencia «echa abajo falsedades»,
que no es lo mismo, estableciendo interpretaciones
generales cada vez más amplias. En la ciencia de hoy se busca el avance del
conocimiento natural a partir de las evidencias construidas sobre lo anterior,
sabiendo ser una tarea inacabada: una búsqueda, no una llegada.
Tal vez la unión de la ciencia con
el poder social, bien sea éste religioso, económico, político, ha sido una de
las claves para considerarla unida al conocimiento de la verdad necesaria
desligada de la utilidad directa, pero convertida en control y poder. La burguesía renacentista y
moderna convierte el conocimiento en
instrumento útil, como Razón instrumental para el dominio de la
Naturaleza y constituye el origen del capitalismo; la
ciencia queda definitivamente ligada al «dominio de la Naturaleza» y logra su
propia independencia como saber desligado de la filosofía, pero ineludiblemente
ligada al poder público
(civil o militar) o privado; pero en todo caso poder económico. Al mismo
tiempo es el inicio del proceso en que la posmodernidad considera llegado el
triunfo definitivo del capitalismo liberal.
Los científicos siempre han dependido de las necesidades
primarias satisfechas y disposición de tiempo para el estudio y la
investigación; bien sea a través de la riqueza propia en la primera burguesía,
del mecenazgo o del empleo por contrato en instituciones públicas o
privadas.
La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es
la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El
hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el
encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para
nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta
sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas
facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese
conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión.
Albert Einstein.
Mientras que el objetivo tradicional
de la filosofía de la ciencia ha sido el de justificar y legitimar el conocimiento
científico, el objetivo en la actualidad es el de entender cómo se da tal
conocimiento científico, entendido como actividad y empresa humana,
utilizando para ello todos los recursos pertinentes, es decir, todas las
disciplinas relevantes: biología, psicología, antropología, sociología, etc., e
incluso economía y tecnología, empezado por la construcción de un conocimiento evidente que nos
ayude a construir y llegar a la sabiduría.
La búsqueda de una garantía de cientificidad ha tenido
siempre el aspecto de un acto tendente a rebasar la particular disciplina
examinada para enlazarla con algo superior a ella, más sólido, menos atacable
por la duda. «Historizar» también esta investigación significa, por una parte,
mostrar que es intrínsecamente ilusorio buscar la garantía de la ciencia por
encima de las ciencias mismas, y, por otra parte, poner en claro los aspectos
más reales de una tal investigación, que hacen de ella no ya un instrumento
para salir de la ciencia particular considerada, sino precisamente un factor
interno de su dialéctica.
Ciencia: humanismo y cultura
La investigación científica tiene una especie de carácter
dramático. Ideas inteligentes pueden llevar a un callejón sin salida;
observaciones banales pueden conducir a resolver un problema. Este es el precio
que pagamos por el hecho de que la ciencia es un diálogo con la naturaleza, no un monólogo que podamos proseguir
a nuestro arbitrio..../... Mi consejo a los jóvenes es que acepten correr
riesgos, pero únicamente si lo hacen movidos por un convencimiento profundo. El
éxito de la ciencia occidental no se explica solamente por actitudes
pragmáticas: la ciencia también ha ido construyendo una filosofía de la naturaleza. Piénsese en Galileo, Newton o
Einstein. Hoy se corre el peligro de que la ciencia sea considerada apenas una
herramienta técnica o económica; creo que en tal caso perderá su atractivo para
muchos de los miembros más dotados de la generación joven. Debemos preservar la
base humanística de la ciencia. Debemos verla como parte de la cultura.
Ilya Prigogine. Nuevos paradigmas... op. cit. p.410
Terminología y verdad
Los términos modelo, hipótesis,
ley y teoría tienen en la ciencia un significado diferente al que
se les da en el uso
del lenguaje corriente o vulgar.
Los científicos utilizan el término modelo para
referirse a una serie de propiedades como idealización
de una correspondencia con lo
real; tales propiedades específicas se utilizan para
construir las hipótesis que
permiten realizar predicciones que puedan ser sometidas a prueba por experimentación u
observación. Por tanto los resultados de los experimentos corresponden al
modelo como regularidades de donde se obtienen las leyes que hacen posible la
generalización para predicciones futuras.
Una hipótesis es una proposición que se
considera provisionalmente como verdadera en función de una experimentación
que confirme o rechace las consecuencias que de tal verdad puedan derivarse
conforme a una teoría.
La palabra teoría es
incomprendida particularmente por el común de la gente. El uso coloquial de la
palabra teoría suele referirse a ideas que aún no tienen un respaldo
experimental. En contraposición, los científicos generalmente utilizan esta
palabra para referirse a un cuerpo de leyes o principios a través de los cuales
se realizan predicciones acerca de fenómenos específicos.
Ciertamente las predicciones
científicas pretenden tener un sentido de realidad. Pero hay siempre que tener
en cuenta que tales predicciones se realizan sobre los supuestos que se han
considerado en el modelo.
Esto explica la falibilidad de la
ciencia tanto en sus observaciones como en las leyes generales y teorías que
produce frente a un pretendido justificacionismo a ultranza. Esto es de
especial relevancia para las ciencias cuyos modelos son idealizaciones muy
pobres con respecto a lo
real. Tal es el caso de lo que ocurre en las ciencias
sociales. La ciencia avanza perfeccionando el conocimiento acerca de lo real no
estableciendo verdades definitivas.
Método
científico
Cada ciencia, y aun cada
investigación concreta, genera su propio método de investigación. En general,
se define como método el proceso mediante el cual una teoría científica es
validada o bien descartada. La forma clásica del método de la ciencia ha sido
la inducción (formalizada por Francis Bacon en la
ciencia moderna) y justificada por el
método "resolutivo-compositivo" de Galileo, interpretado
como hipotético-deductivo.
Karl Popper, tras
criticar la idea de que los experimentos verifican las teorías
que los sustentan como justificadas, plantea
el problema
de la inducción como argumento lógicamente inválido, proponiendo
la idea del progreso de la ciencia como falsación de teorías.
- La reproducibilidad, es decir, la capacidad de repetir un determinado experimento en cualquier lugar y por cualquier persona. Esto se basa, esencialmente, en la comunicación de los resultados obtenidos. En la actualidad éstos se publican generalmente en revistas científicas y revisadas por pares.
- La falsabilidad, es decir, la capacidad de una teoría de ser sometida a potenciales pruebas que la contradigan. Según este criterio, se distingue el ámbito de lo que es ciencia de cualquier otro conocimiento que no lo sea: es el denominado criterio de demarcación de Karl Popper. La corroboración experimental de una teoría científicamente "probada" —aun la más fundamental de ellas— se mantiene siempre abierta a escrutinio (ver falsacionismo).
- En las ciencias empíricas no es posible la verificación; no existe el "conocimiento perfecto", es decir, "probado". En las ciencias formales las deducciones lógicas o demostraciones matemáticas generan pruebas únicamente dentro del marco del sistema definido por ciertos axiomas y ciertas reglas de inferencia. Según el teorema de Gödel, no existe un sistema aritmético recursivo perfecto, que sea al mismo tiempo consistente, decidible y completo.
Existe una serie de pasos inherentes
al proceso científico que, aunque no suelen seguirse en el orden aquí
presentado, suelen ser respetados para la construcción y el desarrollo de
nuevas teorías. Éstos son:
- Observación: registrar y examinar atentamente un fenómeno, generalmente dentro de una muestra específica, es decir, dentro de un conjunto previamente establecido de casos.
- Hipótesis: plantear las hipótesis que expliquen lo observado en el fenómeno y las relaciones causales o las correlaciones correspondientes.
- Experimentación: es el conjunto de operaciones o actividades destinadas, a través de situaciones generalmente arbitrarias y controladas, a descubrir, comprobar o demostrar las hipótesis.
- Demostración o refutación, a partir de los resultados de uno o más experimentos realizados, de las hipótesis propuestas inicialmente.
- Inducción: extraer el principio general implícito en los resultados observados.
- Comparación universal: el permanente contraste de hipótesis con la realidad.
La experimentación no es aplicable a
todas las ramas de la ciencia; su exigencia no es necesaria por lo general en
áreas del conocimiento como la vulcanología, la astronomía, la física
teórica, etc. Sin embargo, la repetibilidad de la observación de
los fenómenos naturales es un requisito fundamental de toda ciencia que
establece las condiciones que, de producirse, harían falsa la teoría o
hipótesis investigada (véase falsación).
Por otra parte, existen ciencias,
especialmente en el caso de las ciencias humanas y sociales, donde los
fenómenos no sólo no se pueden repetir controlada y artificialmente (que es en
lo que consiste un experimento), sino que son, por su esencia, irrepetibles,
por ejemplo, la historia.
El
consenso científico
El consenso científico es el
juicio colectivo que manifiesta la comunidad
científica respecto a una determinada posición u opinión, en un
campo particular de la ciencia y en determinado momento de la historia. El
consenso científico no es, en sí mismo, un argumento científico, y no forma
parte del método científico; sin embargo, el consenso existe por el hecho de
que está basado en una materia objeto de estudio que sí presenta argumentos
científicos o que sí utiliza el método científico.
El consenso suele lograrse a través
del debate científico. La ética científica exige que las nuevas ideas, los
hechos observados, las hipótesis, los experimentos y los descubrimientos se
publiquen, justamente para garantizar la comunicación a través de conferencias,
publicaciones (libros, revistas) y su revisión entre pares y, dado el caso, la
controversia con los puntos de vista discrepantes. La reproducibilidad de los
experimentos y la falsación de las teorías científicas son un requisito
indispensable para la buena práctica científica.
Aplicaciones
de la lógica y de las matemáticas en la ciencia
La lógica y la matemática son
esenciales para todas las ciencias por la capacidad de poder inferir con
seguridad unas verdades a partir de otras establecidas; es lo que las hace
recibir la denominación de "ciencias exactas".
La función más importante de ambas
es la creación de sistemas
formales de inferencia y la
concreción en la expresión de modelos
científicos. La observación y colección de medidas, así como la
creación de hipótesis y la predicción,
requieren a menudo modelos lógico-matemáticos y el uso extensivo del cálculo; en la
actualidad resulta especialmente relevante la creación de modelos
científicos mediante el cálculo
numérico, debido a las enormes posibilidades de cálculo que
ofrecen los ordenadores.
Las ramas de la matemática más
comúnmente empleadas en la ciencia incluyen el análisis
matemático, el cálculo
numérico y la estadística, aunque
virtualmente toda rama de la matemática tiene aplicaciones en la ciencia,
incluso áreas "puras" como la teoría
de números y la topología.
El empirismo
lógico llegó a postular que la ciencia venía a ser, en su
unidad formal, una ciencia lógico-matemática capaz de interpretar adecuadamente
la realidad del mundo. En cualquier caso, la utilidad de la matemática para
describir el universo es un
tema central de la filosofía
de la matemática.
Divulgación
científica
La divulgación científica tiene como
objetivo hacer asequible el conocimiento científico a la sociedad más allá del
mundo puramente académico. La divulgación puede referirse a los descubrimientos
científicos del momento, como la determinación de la masa del neutrino, de teorías bien
establecidas como la teoría
de la evolución o de campos enteros del conocimiento científico. La
divulgación científica es una tarea abordada por escritores, científicos, museos y periodistas de los medios
de comunicación. La presencia tan activa y constante de la ciencia en
los medios y la de éstos en aquélla ha hecho que, de un tiempo a la fecha, se
debata sobre si, más que divulgación científica, debería usarse el
término periodismo científico.
Algunos científicos notables han
contribuido especialmente a la divulgación del conocimiento científico más allá
del mundo estrictamente académico (en la radio y, sobre todo, en la
televisión). Algunos de los más conocidos: Jacob Bronowski (El
ascenso del hombre), Carl Sagan (Cosmos:
Un viaje personal), Stephen Hawking (Historia
del tiempo), Richard Dawkins (El
gen egoísta), Stephen Jay Gould, Martin Gardner
(artículos de divulgación de las matemáticas en la revista Scientific
American), David
Attenborough (La vida en la tierra) y autores de ciencia ficción como Isaac Asimov. Otros
científicos han realizado sus tareas de divulgación tanto en libros como en
novelas de ciencia ficción, como Fred Hoyle. Por
último, no debemos olvidar mencionar el hecho de que muchos artistas, aunque no
sea su actividad formal la divulgación científica, han realizado esta tarea a
través de sus obras de arte: gran número de novelas y cuentos y otros tipos de
obras de ficción narran historias directa o indirectamente relacionadas con
descubrimientos científicos diversos, Julio Verne.
Influencia
en la sociedad: la ética de la ciencia
Dado el carácter universal de la
ciencia, su influencia se extiende a todos los campos de la sociedad, desde el
desarrollo tecnológico a los modernos problemas de tipo jurídico relacionados con
campos de la medicina o la genética. En ocasiones la
investigación científica permite abordar temas de gran calado social como el Proyecto
Genoma Humano y grandes implicaciones éticas como el desarrollo del armamento nuclear, la clonación, la eutanasia y el uso de las células madre.
Asimismo, la investigación
científica moderna requiere en ocasiones importantes inversiones en grandes
instalaciones como grandes aceleradores
de partículas (CERN), la exploración
espacial o la investigación de la fusión nuclear en
proyectos como ITER.
En todo caso es deseable que los
logros científicos conseguidos lleguen a la sociedad colaborando al desarrollo
humano posible por encima del mero «ejercicio del poder» o del mero «desarrollo
económico».
CONCLUSION
Se vio
como cada persona notable en el ámbito científico ha dado su punto de vista en
lo referente a lo que la ciencia da para ellos.
Sin duda
alguna, se ha establecido un amplio concepto de lo que a la ciencia confiere y
las ramas en las que esta se divide, y este concepto nos ayuda a darle un mejor
entendimiento a lo que nos interesa
investigar.
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